viernes, 31 de octubre de 2008

La burbuja y sus cómplices

La larga duración de la fase alcista del presente ciclo inmobiliario indujo a la población a habituarse a ella como si de algo normal y permanente se tratara. Los diez años de auge crearon hábitos de vida y de negocio muy arraigados. Se presuponía que la continuidad de las subidas de precios de los inmuebles haría siempre interesante su compra, aunque fuera a crédito, reforzando la presión compradora que hacía realidad las revalorizaciones previstas. Sobre estas bases se desarrolló a sus anchas la espiral de revalorizaciones y compras, cada vez más apalancadas con créditos, que caracteriza a las llamadas burbujas bursátiles o inmobiliarias.

Pero la experiencia demuestra que ni los árboles pueden crecer hasta el cielo, ni el auge puede ser permanente, porque genera desequilibrios que en algún momento lo hacen declinar, normalmente, por un estrangulamiento financiero que acaba cortando la mencionada espiral y haciendo que los promotores y compradores más endeudados sufran las consecuencias. Así, desde hace más de un lustro he venido advirtiendo que “cuanto más se prolongue la burbuja inmobiliario-constructiva actual, más inquietantes pueden ser sus resultados, habida cuenta del peso anormalmente alto que tienen los activos [y el endeudamiento] inmobiliarios en el patrimonio de los hogares”. Pues, a mi juicio, lo más fácil era prever el desenlace crítico al que conducía el auge inmobiliario; lo verdaderamente difícil era imaginar que el auge podía llegar hasta donde ha llegado, al disponer la economía española SEnDamparada en el euroSEnD de una financiación externa tan inusualmente copiosa y barata. Pero esa misma financiación externa que prolongó tánto el auge fue la que, a la postre, lo acabó estrangulando. Pues España, al erigirse en líder del auge inmobiliario, acabó erigiéndose también en líder del riesgo inmobiliario y desanimando dicha financiación.

Hace ya más de un año, tras constatar en un estudio que la exposición de la economía española al riesgo inmobiliario superaba en todos los aspectos al de los otros países de nuestro entorno, incluido EEUU, concluíamos diciendo que “la suerte ya estaba echada”: no cabía evitar la crisis, solo gestionarla lo mejor posible. Pero nada se hizo, y esta gestión resulta hoy más difícil cuando, como preveíamos, el superávit presupuestario se ha desinflado con una rapidez pasmosa sin que antes se hubiera orientado a promover un relevo de actividades que de momento no se vislumbra. Si a esto añadimos que la política económica, al no poder devaluar la moneda, no cuenta ya con este medio tradicional de hacer que la economía española recupere posiciones competitivas que faciliten el relanzamiento de su actividad exportadora, concluíamos que todo “hacía presagiar un estancamiento de larga duración”.

Debería ser responsabilidad de gobiernos y analistas evitar con medidas y advertencias que las burbujas alcancen dimensiones que se revelan social y económicamente amenazantes. Pero en España no han predominado la prudencia y la finura en las políticas ni en los pronósticos: los gobiernos han sido tan irresponsables, como raros los analistas que hemos venido advirtiendo desde hace tiempo sobre los peligros del evidente desenlace del ciclo. Como botón de muestra de ambas irresponsabilidades resulta a la vez sorprendente y penoso escuchar a todo un ministro de Economía confesar que la crisis le había pillado desprevenido, haciendo gala ya sea de un cinismo a prueba de bomba o –no se sabe qué es peor– de una incompetencia supina.

En mi opinión, los fallos no han venido tanto de errores de diagnóstico, como de la censura implícita que impedía comunicar que se creía que podía crear “alarma social”. Pues me resisto a creer que cualquier analista mínimamente experimentado no supiera que el pulso de la coyuntura económica acostumbra a ser cíclico y que la magnitud del auge y de los desequilibrios originados presagian la magnitud del declive. Y me consta que, entre los economistas más próximos al poder político y/o empresarial, estaba mal visto reconocer públicamente la propia existencia de la burbuja inmobiliaria como no fuera para afirmar, a modo de mantra o conjuro repetitivo, que el “aterrizaje sería suave” a fin de no desanimar a los compradores de inmuebles, ni siquiera en la fase final y más comprometida del ciclo. Así, ni los avisos esporádicos del Banco de España, ni los trabajos de algunos analistas aislados pudieron romper el coro de complacencia entonado por los profesionales, empresarios y políticos de un sector y de un país que acostumbran a premiar la obediencia servil y a despreciar la inteligencia.

Pero la coyuntura económica no se controla con campañas de imagen que nieguen la crisis, ensalcen la solidez de la economía española y refuercen la confianza de los inversores, cuando las cifras dicen todo lo contrario, pues estas mandan más que las campañas. Si la capacidad de financiación de los hogares ya está exhausta de tanto “invertir en ladrillos”, si la inversión extranjera en inmuebles ya empezó a decaer hace cuatro años y si ya no se puede obtener, como antes, en el exterior financiación barata y abundante, no hay campañas de imagen que valgan.

La gran irresponsabilidad de los gobiernos no solo estriba en haber negado o soslayado la burbuja inmobiliaria, sino en haberla seguido alimentando hasta el final con potentes desgravaciones fiscales y ocultaciones consentidas de plusvalías, que desembocaron en casos tan sonados como el de Marbella, forzando así el lamentable monocultivo inmobiliario de este país. Todo ello cuando deberían de haberla identificado y gestionado desde hace tiempo para evitar un desenlace tan poco recomendable como al que estamos asistiendo. Situación que además pide a gritos el cambio del actual modelo inmobiliario que, para colmo, nuestros “avanzados” políticos ni siquiera se han planteado.

El gran error político del presidente Zapatero fue, en suma, no tomar conciencia y ni plantear con claridad el horizonte de crisis al que llevaba el auge inmobiliario e iniciar su controlada reconversión cuando ganó sus primeras elecciones, hace ya cinco años. Entonces sí que hubiera sido posible planificar con tiempo el añorado “aterrizaje suave” y la necesaria reconversión “del sector”. También entonces hubiera podido culpar a quienes le precedieron de la comprometida situación a la que se veía abocada la economía española. Habría podido esquivar, entonces, la burbuja que le acabó explotando en la cara. Con el agravante de que, al hacer suyo el “España va bien” de Aznar, dio pie a que ahora lo señalen como culpable.

José Manuel Naredo es economista y estadístico

Diario Público. 31/10/2008



Nuevos jornaleros . Corto

sábado, 18 de octubre de 2008

La caída de la Bolsa es pequeña comparada con el crujido de la naturaleza

Esto no es nada. Bueno, nada comparado con lo que viene. La crisis financiera por la que ahora tenemos que pagar un precio tan alto, presagia el derrumbe real, cuando la humanidad se tope con sus límites ecológicos.

Cuando observamos con los ojos como platos la agitación de las cifras financieras, un conjunto diferente de números se nos pasan. El viernes, Pavan Sukhdey, un economista del Deutsche Bank que dirige un estudio europeo sobre los ecosistemas, informó que estamos perdiendo un valor de capital natural entre 2 y 5 billones de dólares cada año como resultado sólo de la deforestación (1). Las perdidas contraídas hasta ahora por el sector financiero suman entre 1 y 1.5 billones de dólares. Sukhdey llegó a esta cifra al estimar el valor de los servicios –tales como fijar el carbono y producir agua fresca- que los bosques desarrollan y calculó el coste de reemplazarlos o vivir sin ellos. El crujido del crédito es pequeño cuando se compara con el crujido de la naturaleza.

Las dos crisis tienen la misma causa. En ambos casos, aquellos que explotan los recursos han pedido tasas imposibles de devolver e invocan deudas que no pueden nunca ser repagadas. En ambos casos, negamos las probables consecuencias. Creía que la negación colectiva era peculiar al cambio climático. Ahora, sé que es la primera respuesta a cada deslocalización inminente.

Por ejemplo, Gordon Brown, era tanto un negador sobre las realidades financieras como cualquier comerciante de deudas tóxicas. En junio del año pasado, durante su discurso en Mansión House, se jactó de que el 40% de las acciones extranjeras del mundo son ahora comercializadas aquí . El éxito del sector financiero se había producido, dijo, en parte porque el gobierno había tomado un “enfoque basado en la regulación del riesgo”. “ Felicito a Lord Mayor y a la City de Londres de estos destacables logros, una era que la historia recordará como el principio de una nueva edad de oro en la City de Londres” (2) En la misma sala tres años antes, prometió “presupuesto tras presupuesto que lo que quiero que hagamos es fomentar incluso más la toma de riesgos” (3). ¿Puede alguien, supervisando este lío, dudar ahora del valor del principio de precaución?.

Ecología y economía vienen ambas derivadas de la palabra griega oikos – una casa o vivienda. Nuestra supervivencia depende del manejo racional de esta casa: el espacio en el que la vida puede ser sostenida. Las reglas son las mismas en ambos casos. SI extraes recursos a una tasa mayor que el nivel de reposición, tus existencias se derrumbarán. Esto es otro nombre que nos recuerda la conexión. El diccionario Oxford English da 69 definiciones de “stock” (existencias). Cuando significa fondo o almacén, la palabra evoca el tronco – o existencia- de un árbol, “a partir del cual los beneficios son el resultado” (4). El derrumbe ocurre cuando podas tan fuertemente el árbol que muere. La ecología es la existencia de la que crece la riqueza.

Las dos crisis se alimentan una de otra. Como consecuencia del derrumbe financiero de Islandia, ahora está contemplado unirse a la Unión Europea, lo que significa rendir sus lugares de pesca a la política pesquera común. El primer ministro Geir Haarde, ya ha sugerido que sus pescadores se concentren en explotar el océano (5). El desastre económico causará el desastre ecológico.

Normalmente, es al revés. En su libro Derrumbe. Como las sociedades eligen fracasar o tener éxito, Pared Diamond muestra como la crisis ecológica es el preludio de la catástrofe social (6). El ejemplo obvio es la isla de Pascua, donde la sociedad se desintegró pronto después de que la población alcanzara sus cifras históricas más altas, los últimos árboles fueron cortados y la construcción de monumentos alcanzó el máximo. Los jefes de la isla habían competido para erigir estatuas cada vez más grandes. Esto requirió madera y cuerdas (hechas de corteza) para el transporte y comida extra para los trabajadores. Cuando los árboles y los suelos de los que los habitantes de la isla dependían desaparecieron, la población chocó y los supervivientes se hicieron caníbales. Diamond pregunta lo que el habitante de la isla de Pascua que cortó la última palmera podría haber pensado. “Como los modernos maderero gritó: ‘¿Trabajo, no árboles”? o ‘La tecnología resolverá nuestros problemas, no tengas miedo, encontraremos un sustituto para la madera’? o: ‘ No tenemos que probar que no haya palmeras en alguna otra parte de la isla … ¿tu propuesta de prohibir la tala es prematura y eres un propagador del miedo.’? (7)

El derrumbe ecológico, según muestra Diamond, es tan probable que ocurra tanto como resultado del éxito como del fracaso económico. Los mayas de Centroamérica, por ejemplo, estaban entre las poblaciones más exitosas y avanzadas de su tiempo y un pobre manejo de la tierra acabó con entre un 90 y un 99% de su población. El colapso de los mayas fue acelerado por “la competición entre los reyes y los nobles que llevaron a un énfasis crónico por la guerra y erigieron monumentos en lugar de resolver los problemas subyacentes” (8). (¿Le suena a alguien esto familiar?). De nuevo, los más grandes monumentos fueron erigidos justo antes de que el ecosistema se derrumbara. De nuevo, esta extravagancia fue parcialmente responsable del derrumbe: los árboles eran usado para hacer yeso con el que decorar sus templos. El yeso se hizo más y mas espeso ya que los reyes buscaban superar a cada uno de los otros llamativos consumos.

Aquí están alguna de las razones por las que la gente no previene el derrumbe ecológico. Sus recursos parecen a primera vista inagotables; la tendencia a largo plazo se concilia por las fluctuaciones a corto plazo; pequeños números de gente poderosa avanzan en sus intereses dañando a todos los demás; los beneficios a corto plazo triunfan sobre la supervivencia a largo plazo. Lo mismo, en todos los casos, puede decirse del derrumbamiento de los sistemas financieros. ¿Esta es la forma en la que los seres humanos están destinados a comportarse? Si no podemos actuar hasta que las existencias – de cualquier tipo- comienzan el deslizamiento hacia la extinción, estamos jodidos.

Pero uno de los beneficios de la modernidad es nuestra habilidad para captar tendencias y predecir resultados. Si los peces en un ecosistema agotado crece un 5% al año y la captura se expande un 10% al año, la pesca colapsará. Si la economía global se mantiene creciendo a un 3% anual (1.700% en un siglo), también chocaremos contra el muro.

No voy a sugerir, como un sinvergüenza que comparte nombre conmigo (9) hizo en estas páginas el año pasado, que deberíamos dar la bienvenida a la recesión. Pero la crisis financiera nos da la oportunidad de repensar esta trayectoria, una oportunidad que no está disponible durante los periodos de éxito económico. Los gobiernos que están reestructurando sus economía deberían leer el libro de Herman Daly, Steady-State Economics (Economía en estado de equilibrio) (10).

Como me pasa usualmente no he dejado suficiente espacio para discutir esto, entonces los detalles tendrán que esperar a otra columna. O puedes leer el resumen publicado por la Comisión de Desarrollo Sostenible (11). Pero lo que Daly sugiere es que las naciones que son ya ricas deberían reemplazar el crecimiento – “más de lo mismo” por desarrollo – “la misma cantidad de mejor calidad”. Una economía en estado de equilibrio tiene una existencia constante de capital que es mantenido por una tasa de rendimiento no más alto que lo que el ecosistema puede absorber. El uso de recursos es limitado y el derecho a explotarlos es subastado. La pobreza es dirigida a través de la redistribución de la riqueza. Los bancos solo pueden prestar tanto dinero como posean.

De forma alternativa, podemos persistir en el pensamiento mágico cuyos resultados han comenzado a llegar golpeando en casa. La crisis financiera muestra lo que ocurre cuando intentamos hacer que los hechos encajen con nuestros deseos. Ahora tenemos que aprender a vivir en el mundo real.

Traducido por Mario Cuéllar para Globalízate. Revisado por Félix Nieto.

Artículo original:
http://www.monbiot.com/archives/2008/10/14/this-is-what-denial-does/

Versión en The Guardian:
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/oct/14/climatechange-marketturmoil

Referencias:

1. Richard Black, 10th October 2008. Nature loss ‘dwarfs bank crisis’. BBC o­nline. http://news.bbc.co.uk/1/hi/sci/tech/7662565.stm
2. Gordon Brown, 20th June 2007. Speech to Mansion House. http://www.hm-treasury.gov.uk/2014.htm
3. Gordon Brown, 16th June 2004. Speech to Mansion House. http://www.hm-treasury.gov.uk/1534.htm
4. Oxford English Dictionary, 1989. Second Edition.
5. Niklas Magnusson, 10th October 2008. Iceland Premier Tells Nation to Go Fishing After Banks Implode.
http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=20601087&sid=azZ189JG.1S8&refer=home
6. Jared Diamond, 2005. Collapse: how societies choose to survive or fail. Allen Lane, London.
7. Page 114.
8. Page 160.
9. George Monbiot, 9th October 2007. Bring o­n the Recession. The Guardian.
http://www.monbiot.com/archives/2007/10/09/bring-on-the-recession/
10. Herman E. Daly, 1991. Steady-State Economics - 2nd Edition. Island Press, Washington DC.
11. Herman E. Daly, 24th April 2008. A Steady-State Economy. Sustainable Development Commission. http://www.sd-commission.org.uk/publications/downloads/Herman_Daly_thinkpiece.pdf

jueves, 16 de octubre de 2008

Alianza contra la pobreza. Acciones en Murcia,


La lucha contra la pobreza ha de basarse, no solo en soluciones de actual necesidad urgente, sino también en combatir las CAUSAS de la pobreza o no servirá de mucho.

cartel

VIERNES 17
20:00. Encendido de velas. 0,7 y POBREZA CERO
Lugar: Plaza Cardenal Belluga.
(lleva una vela)
SÁBADO 18
19:00. CONCENTRACIÓN Y CACEROLADA
(lleva una cacerola, olla y un cucharón para hacer ruido)

Lugar: Plaza Santo Domingo ( luego nos dirigiremos a la Delegación de Hacienda para hacer una Cadena Humana)

CONVOCA ALIANZA REGIONAL CONTRA LA POBREZA


sábado, 11 de octubre de 2008

Semana contra la Pobreza

¿QUEREMOS ACABAR CON LA POBREZA?


Hace pocos días los líderes mundiales se reunieron en Nueva York para revisar el grado de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM): y es que todavía hoy 1400 millones de personas, uno de cada cuatro habitantes del planeta, sigue viviendo en extrema pobreza. En este encuentro asistimos una vez más a una declaración de buenas intenciones, pero la realidad es que el año 2015 –fecha fijada para alcanzar estos mínimos cuya finalidad es mejorar de las condiciones de vida para gran parte de la población mundial- está cada vez más cerca y los ODM no se cumplirán de continuar con la tendencia actual.

Si bien en el año 2000 la Declaración del Milenio contó con un vasto apoyo, al ser firmada por 189 Jefes de Estado y de Gobierno, la voluntad política para hacer frente a la pobreza extrema en el mundo y erradicar sus principales causas desde entonces y durante estos últimos 8 años, no ha sido la suficiente como tampoco lo han sido los recursos destinados para ello.

Acabar con la pobreza es posible. Algunos de los países más pobres del mundo como Mozambique, Bangladesh o Tanzania han demostrado que puede avanzarse si existe la voluntad política necesaria para ello, si los donantes se alinean con el país receptor y si la sociedad civil participa activamente en estos procesos. Los países más ricos esgrimen ahora como coartada que no disponen de recursos suficientes para cumplir sus compromisos, pues se ven envueltos en una gran crisis financiera y económica. Sin embargo, en el mismo periodo que la comunidad internacional sólo ha sido capaz de comprometer 16.000 millones de dólares para combatir la Pobreza, el Gobierno de Estados Unidos ha ofertado 700.000 mil millones de dólares para combatir, sin expectativas de éxito, esta crisis; habiendo dedicado asimismo cantidades similares los bancos centrales y gobiernos de la Unión Europea, Gran Bretaña y Japón.

Estas enormes sumas van destinadas a intentar solucionar con recursos públicos los problemas de instituciones financieras privadas, cuyo comportamiento ha contribuido en gran manera a aumentar la pobreza y desigualdad en el mundo, situación que se verá agravada en el futuro como efecto de la crisis.

Según estimaciones de Naciones Unidas, con sólo una quinta parte de los mencionados 700.000 millones se pueden alcanzar los ODM. Precisamente en momentos de crisis económica son los más vulnerables los que se ven más afectados, se estima que 75 millones más pasarán hambre por causa de la subida de los alimentos y del combustible.

Por este motivo es obligación de los países más ricos reforzar los compromisos adquiridos hace ya 8 años.

El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha ratificado ante Naciones Unidas su promesa de alcanzar el 0’7% del PIB destinado a la ayuda al desarrollo en esta legislatura, una de las reivindicaciones históricas de la sociedad civil que la Alianza Española contra la Pobreza ha venido planteando con mayor fuerza. Pero la ayuda al desarrollo no sólo es cuestión de cantidad, también es fundamental que ésta sea eficaz: que vaya destinada a los países que más la necesitan, que se invierta en servicios sociales básicos en al menos en un 20%, que esté desligada de intereses económicos y comerciales; y que se ejecute de manera coordinada entre los distintos actores.

Pero además nuestro país también se ha comprometido a abordar cuestiones como la abolición de la deuda externa a los países menos avanzados o la adopción de normas justas para el comercio internacional. Y en estos ámbitos, los avances han sido escasos. Por ejemplo, a pesar de las iniciativas de reducción de deuda externa de los últimos años, los países empobrecidos siguen destinando más dinero al pago de la deuda que a la educación y la salud de sus pueblos. De hecho, los pagos por deuda externa efectuados por el conjunto de los países menos avanzados son 5 veces más la cantidad que reciben como Ayuda Oficial al Desarrollo. En algunos países se trata, además, de deudas que podemos considerar ilegítimas. Iniciativas como la auditoría de la deuda realizada por el Gobierno de Ecuador, o el reconocimiento por parte del gobierno de Noruega de su responsabilidad en el endeudamiento ilegítimo de diversos países del sur, con la consecuente cancelación de deuda, quedan aún lejos de las intenciones del Gobierno español.

Es igualmente necesario que España combata decididamente los paraísos fiscales que provocan grandes disminuciones en los ingresos de muchos países y apoye los impuestos globales como mecanismo para financiar los procesos de desarrollo en los países del Sur En definitiva, España debe comprometerse hacia una coherencia de sus políticas de cooperación, comerciales y financieras para luchar contra la pobreza

Pero las promesas ya no bastan. Es necesario pasar de las palabras a los hechos y mejorar las condiciones de vida de millones de personas en el mundo.

Sabemos que la voluntad política los gobiernos es sobre todo sensible a las exigencias de los ciudadanos y ciudadanas. Por ello, la Alianza contra la Pobreza convoca manifestaciones en toda España los días 17 y 18 octubre para recordar a los líderes políticos que deben cumplir con sus compromisos. Somos la primera generación capaz de acabar con la pobreza pero falta hacerlo realidad y atacar decididamente sus causas.

Toda la información de las movilizaciones en: www.rebelatecontralapobreza.org


Actividades en Murcia:

18 sábado

19:00Horas.MURCIA . CONCENTRACIÓN CONTRA LA POBREZA.

Convoca: Alianza Regional contra la Pobreza.Lugar: Plaza de Santo Domingo

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17 viernes

20:00Horas.MURCIA . ACTO CONTRA LA POBREZA.Organiza: Alianza Regional contra la Pobreza.Lugar:Plaza Cardenal Belluga

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15 miércoles

20:00Horas. MURCIA . ACTO CONTRA LA POBREZA.Organiza: Alianza Regional contra la Pobreza.Lugar:Salón de actos del Colegio oficial de Ingenieros Industriales.Paseo Alfonso X el Sabio,13

11:00horas.MURCIA . ACTO CONTRA LA POBREZA.Organiza: Alianza Regional contra la Pobreza

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14 martes

11:30Horas.MURCIA . ACTO CONTRA LA POBREZA.Organiza: Alianza Regional contra la Pobreza.Lugar: Local Coordinadora ONGD.c/San Luís Gonzaga,15 bajo:



jueves, 9 de octubre de 2008

Salud. "Tráfico de enfermedades"

Javier Sampedro .
El País 09/10/2008


Los laboratorios definen nuevas patologías en busca de más nichos de mercado - Las compañías están detrás de informes cocinados para crear necesidades.

El raloxifeno (Evista, de Lilly) reduce un 75% el riesgo de fractura en las mujeres posmenopáusicas. El ropirinol (Requip, de Glaxo) alivia el síndrome de las piernas inquietas, que afecta al 20% de la población, y el metilfenidato (Ritalina, de Novartis) mitiga el de hiperactividad, padecido por el 8% de los niños. Prolifera la disfunción sexual femenina, crece el trastorno bipolar, arrecia la osteopenia.

El raloxifeno (Evista, de Lilly) reduce un 75% el riesgo de fractura en las mujeres posmenopáusicas. El ropirinol (Requip, de Glaxo) alivia el síndrome de las piernas inquietas, que afecta al 20% de la población, y el metilfenidato (Ritalina, de Novartis) mitiga el de hiperactividad, padecido por el 8% de los niños. Prolifera la disfunción sexual femenina, crece el trastorno bipolar, arrecia la osteopenia.

Todo lo anterior es verdad. Pero no es toda la verdad, porque las estadísticas están anguladas: aunque sean técnicamente correctas, miran al problema desde una perspectiva artificiosa. Y son la clave del emergente debate sobre el "tráfico de enfermedades" (disease mongering).

"Tráfico de enfermedades" es una expresión muy cargada, y lo es de forma intencionada. Ha sido promovida por el periodista australiano Ray Moynihan, que ahora trabaja en la Escuela de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Newcastle (Australia). Y quiere denunciar "la venta de enfermedades mediante la ampliación de las fronteras de lo patológico, a fin de abrir mercados para quienes venden y administran los tratamientos" (PLoS Medicine, mayo de 2008).

Aunque la expresión disease mongering ha sido malversada por el movimiento antipsiquiátrico y la secta de la Cienciología, el debate es serio y ha llegado a la literatura técnica. Y también a los responsables de la salud pública. La Consejería madrileña de Sanidad, por ejemplo, exigió el año pasado a las firmas Lilly y Procter & Gamble que suavizaran la promoción de sus fármacos (Evista y Actonel) para prevenir las fracturas.

"En Europa, las compañías farmacéuticas ya están comercializando sus medicamentos para prevenir las fracturas en mujeres con osteopenia [ligero déficit de masa ósea] y otras condiciones que, según sus cálculos, afectan a casi la mitad de las mujeres posmenopáusicas", afirma el médico Pablo Alonso, del departamento de Epidemiología Clínica y Salud Pública del hospital de Sant Pau.

Alonso es el autor principal de un estudio sobre el disease mongering y la osteopenia publicado este año por el British Medical Journal. Su conclusión es que "se han exagerado los riesgos de la osteopenia, y se han subvalorado los efectos secundarios de los fármacos". Se refiere a cuatro principios activos: raloxifeno, alendronato, risedronato y ranelato de estroncio.

Estos fármacos han probado su eficacia para prevenir las fracturas en las mujeres con osteoporosis. La cuestión es si hay que extenderlos a la mucho más común osteopenia. La industria se apoya para ello en cuatro trabajos científicos publicados en los últimos años, como el que abría este artículo: "El raloxifeno reduce un 75% las fracturas por osteopenia". Parece un argumento contundente. Pero la estadística está sesgada. El matemático John Allen Paulos explica este tipo de sesgo en su libro Un matemático lee el periódico: hay una planta química contaminante en las cercanías, y un estudio concluye que el riesgo de un raro tipo de cáncer se ha duplicado en el barrio. Naturalmente, todo el mundo se larga de allí.

Pero no deberían, porque ese cáncer es tan infrecuente (digamos que afecta al 0,0003% de la población general) que la duplicación de su riesgo (hasta el 0,0006%) es despreciable. En el caso de las mujeres con osteopenia, su riesgo de fractura es tan bajo que reducirlo un 75% es poco relevante: habría que medicar a 270 mujeres durante tres años sólo para evitar una fractura, según calculan Alonso y sus colegas.

Pero hay más. Los posibles efectos secundarios del ranelato -causa diarrea, y hay dudas sobre sus consecuencias cardiovasculares y neurológicas- no se mencionan en ningún momento. Tampoco los del raloxifeno, pese a que incrementa el riesgo de trombos venosos y ataques cardiacos. Ni las secuelas gastrointestinales del alendronato.

Para acabar, el trabajo sobre el fármaco de Lilly lleva la firma de tres empleados de Lilly; el del fármaco de Merck no sólo fue financiado por Merck, sino que tres de sus autores reconocen conflictos de intereses; el del medicamento que distribuye en España Procter & Gamble incluye a dos expertos de Procter & Gamble; y el del fármaco del laboratorio Servier lleva la firma de tres consultores de Servier, que además financió el estudio.

Hasta la misma definición de osteopenia está bajo el punto de mira de los expertos en tráfico de enfermedades. El criterio se basa en la densidad mineral de los huesos. Si es mucho menor de lo normal (2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteoporosis. Si no tanto (entre 1,0 y 2,5 desviaciones estándar bajo la media), se diagnostica osteopenia.

En realidad, esos criterios fueron publicados en 1994 por un pequeño grupo de estudio asociado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), y no pretenden ser una pauta de diagnóstico -sus propios autores los tildan de "algo arbitrarios"-, sino una mera ayuda para normalizar los estudios epidemiológicos. Alonso subraya además que el grupo de la OMS tenía financiación de los laboratorios Rorer, Sandoz y SmithKline Beecham.

La indefinición de los criterios diagnósticos es un asunto común en el debate del tráfico de enfermedades. Los investigadores Lisa Schwartz y Steven Woloshin, de la Universidad de Darmouth, afirman que la incidencia del síndrome de las piernas inquietas "se ha exagerado para abrir mercados a nuevos medicamentos". Presentaron las evidencias en el primer congreso internacional dedicado al tráfico de enfermedades, celebrado hace dos años en Newcastle, Australia.

En la misma reunión, la psiquiatra de la Universidad de Nueva York Leonor Tiefer documentó el papel de la industria farmacéutica en "la creación de una nueva patología llamada disfunción sexual femenina". Y otro psiquiatra, David Haley, de la Universidad de Cardiff, certificó "la creciente promoción del trastorno bipolar, y de los fármacos para tratarlo".

La discusión se hace más delicada cuando afecta a algunos tipos de cáncer. Por ejemplo, el Gobierno español autorizó hace un año la comercialización de la vacuna contra el virus del papiloma humano para prevenir el cáncer de cuello de útero, y propuso a las comunidades autónomas su inclusión en el calendario de vacunaciones del Sistema Nacional de Salud (SNS). Alemania, Reino Unido, Bélgica, Francia y Dinamarca ya habían tomado medidas similares. La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega explicó que el cáncer de cuello uterino es el segundo tumor más frecuente entre las mujeres, y que provoca 280.000 muertes anuales en el mundo. En España surgen cada año 2.100 nuevos casos.

La mayoría de los especialistas avala esa decisión, pero no todos. El SNS "no ha tomado la decisión más racional posible", según un grupo de seis investigadores encabezado por Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de salud pública en la Universidad de Alicante y director del Journal of Epidemiology and Community Health.

Estos expertos estiman el coste mínimo de la medida en 125 millones de euros anuales (cada vacuna cuesta 465 euros). Y calculan que, "para cuando se empiecen a prevenir los primeros casos de cáncer, dentro de 30 años, el SNS se habrá gastado 4.000 millones. Prevenir una sola muerte habrá costado entonces ocho millones de euros". Cada año mueren por este cáncer en España 600 mujeres, una tasa de dos muertes por 100.000 mujeres en edad de riesgo.

Con un fármaco de probada eficacia, los argumentos económicos pueden ser secundarios, pero éste no es el caso de la vacuna contra el papiloma, según estos especialistas en salud pública. El cáncer de útero suele tardar décadas en desarrollarse, y el más antiguo ensayo clínico de fase III empezó hace cuatro años. "La vacuna ha sido promocionada como una herramienta eficaz en la prevención del cáncer de cuello uterino", aseguran, "pero esa evidencia científica aún no existe".

Este virus, sin embargo, causa una de las infecciones de transmisión sexual más comunes. Suelen remitir antes de dos años, pero si persisten pueden evolucionar a un cáncer en 20 o 30 años. Hay más de 100 cepas del virus, pero las vacunas autorizadas (Gardasil, de MSD, y Cervarix, de GSK) previenen contra las que causan el 70% de los casos de cáncer de cérvix.

Un equipo de investigadores dirigido por Teresa Ruiz Cantero, del departamento de salud pública de la Universidad de Alicante, ha estudiado las estrategias de comunicación de los laboratorios, centrándose en los medicamentos para la menopausia y la disfunción eréctil.

También aquí, una estrategia común es "ampliar el rango de indicaciones", mediante "la extensión de la enfermedad desde cuadros graves a mínimos síntomas. Los fármacos ahora son consumidos por poblaciones sanas y fuera de las indicaciones iniciales".

Según Ruiz Cantero, se han emitido mensajes del tipo "más de la mitad de los hombres mayores de 40 años tiene problemas de erección", que son "una manipulación clara, unos mensajes sesgados y simplistas que aumentan la percepción de que el problema es muy prevalente, prácticamente epidémico".

Estos expertos recuerdan que el objetivo de la OMS es hacer un uso racional del medicamento, y que no se podrá cumplir si la industria eleva las prevalencias, o no incluye toda la información en la publicidad del fármaco. La OMS, por cierto, también habla de la "búsqueda de la verdad" en medicina.

"Debería propiciarse un concierto de las universidades españolas para regular el uso de su nombre en campañas de marketing de las empresas farmacéuticas", dice Ruiz Cantero. "Y para imponer transparencia sobre la financiación de las investigaciones universitarias". También las asociaciones de pacientes deberían difundir qué empresas las financian.

La web podría ayudar, pero está llena de información sobre fármacos difundida por sus propios fabricantes. Ruiz Cantero cree que el Ministerio de Sanidad tiene que liderar la información en Internet. "Así las demás páginas web institucionales tendrían que actualizar periódicamente su información". Las conclusiones del estudio han sido publicadas por el Instituto de la Mujer.

El director de la Federación Internacional de Productores Farmacéuticos, Harvey Bale, defendió el año pasado, ante una reunión de consumidores de 100 países, la capacidad de la industria para promocionar sus medicamentos de forma ética. Pero sólo después de admitir ciertos "ejemplos de sobrepromoción mayúscula".

La patronal farmacéutica británica ha editado un folleto para periodistas donde admite que el número de enfermedades está creciendo, pero argumenta que las empresas del sector no son las responsables de definirlas. Por su lado, Glaxo niega que la promoción de su fármaco para el síndrome de las piernas inquietas sea un caso de tráfico de enfermedades.

"Parte del problema", afirma Moynihan, "es que la industria se gasta en promoción cerca del 25% de su cifra de ventas, casi el doble que en investigación". Las estrategias de mercadotecnia, según este experto, incluyen anuncios en televisión sobre "fármacos para el estilo de vida", campañas de concienciación pública sobre nuevas enfermedades y la "financiación de asociaciones de pacientes y médicos".

Pfizer manipuló datos sobre el Neurontin

A principios de los años noventa, los laboratorios Pfizer manipularon la publicación de los ensayos sobre su fármaco Neurontin, según ha revelado un sumario judicial en los tribunales de Boston, recogido ayer por The New York Times. El Neurontin es un medicamento contra la epilepsia, y el objetivo de la multinacional era extenderlo a otras indicaciones como el dolor neuropático derivado de la diabetes. Ello ayudó al Neurontin a superar los 2.000 millones de euros de ventas anuales.

Los expertos que han revisado para el juez miles de documentos de la compañía, incluidos correos electrónicos de sus directivos, muestran que Pfizer retrasó a propósito la publicación de algunos estudios que le iban mal -los que no encontraron evidencia de que el Neurontin sirviera para el dolor neuropático- y manipuló otros para mostrar los datos desde un ángulo más deseable para los fines de la empresa.

La demanda fue presentada por grupos de consumidores, compañías de seguros médicos y sindicatos de Boston. Piden que Pfizer les devuelva miles de millones de dólares por prescripciones de Neurontin, y acusan a la compañía de "tergiversar las ventajas del fármaco de manera fraudulenta".

Pfizer niega la acusación y asegura que presentó los datos de una manera "objetiva, precisa, equilibrada y completa".

Se trata de "una estrategia de publicación que pretende convencer a los médicos de la efectividad del Neurontin, y para tergiversar o suprimir los hallazgos negativos", según Kay Dickersin, de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins. Un sesgo que se da en más de la mitad de los artículos sobre ensayos, según publicó en septiembre PLoS.

En 2000, el investigador principal de uno de los estudios negativos, el británico John Reckless, amenazó a la compañía con publicarlo por su cuenta si no lo hacía ella. En septiembre de ese año, un directivo de la firma escribió en un correo: "El doctor Reckless tiene muchas ganas de publicar, pero ello tendrá varias ramificaciones. Creo que podemos limitar los inconvenientes de ese estudio retrasando la publicación tanto como sea posible". El trabajo no fue publicado hasta 2003, y para entonces los resultados aparecían combinados con otros dos estudios, y los tres juntos indicaban que el Neurontin sí era útil contra el dolor neuropático. En otro intercambio de mensajes electrónicos, un directivo de marketing de la compañía y un escritor profesional discuten cómo adornar unos resultados para su presentación en un congreso.

Javier Sampedro. El País. 9/10/2008


Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs. 12 al 19 de octubre de 2008

Quién debe a quién | Para Kaos en la Red

Por Soberanía Alimentaria y Financiera, por Justicia Climática y Económica: ¡Anulen la Deuda Externa ya! - ¡Pongan fin a las condicionalidades de las IFIs! - ¡Paguen la Deuda Ecológica al Sur!

El hambre en el mundo y el creciente impacto del cambio climático son dramáticos síntomas del problema persistente de la dominación de la deuda. Los grandes pagos de servicios demandados tanto de la deuda externa como de la deuda interna, significan que los escasos recursos se desvían de las inversiones necesarias para asegurar la soberanía alimentaria y la protección del cambio climático. Esto es parte de la injusticia de la deuda y solamente por esto la anulación de la deuda, el repudio de la deuda u otras formas de no-pago son urgentes.Pero las actuales crisis climática y alimentaria deben rastrearse también detrás de las políticas que han sido impuestas a los países del Sur desde hace décadas, mediante la utilización de la deuda y la ayuda, el acceso al crédito e incluso al alivio de la deuda como instrumentos de coacción..

Los impactos han sido desastrosos. Por ejemplo:

la imposición de recetas universales para estrategias de alto crecimiento económico orientadas a la exportación han conducido a la dependencia de fertilizantes y plaguicidas importados y costosas semillas transgénicas, cambios masivos a cultivos exportables no-básicos y no-alimenticios incluyendo agrocombustibles, la conversión de tierras agrícolas a zonas industriales para exportación, viviendas de lujo y centros turísticos, y la imposición a recibir ayuda alimentaria.

la liberalización financiera, comercial y de las inversiones ha favorecido la competencia desleal de los productos alimenticios subvencionados desde el Norte, los proyectos extractivos minerales y de otros recursos naturales, y la privatización de derechos humanos básicos como el agua y la electricidad.

Las deudas que se utilizaron para proyectos perjudiciales o para imponer esas políticas y condicionalidades, son deudas ilegítimas que no deben pagarse bajo ninguna circunstancia. Estas deudas y políticas impulsadas por los prestamistas han beneficiado los intereses económicos y corporativos basados en el Norte, reforzaron la concentración de la riqueza, y estimularon un aumento de la especulación estilo-casino con los precios de alimentos y de recursos naturales - contribuyendo de manera significativa a la actual crisis alimentaria y climática y debilitando la capacidad de los pueblos y los gobiernos del Sur para responder adecuadamente. También han contribuido a la migración forzada de millones de hombres y mujeres: las víctimas del hambre y el cambio climático, personas que tratan de defender los derechos humanos y ambientales y escapar de la militarización y la guerra que a menudo acompañan los crímenes climáticos y económicos.

Hoy, a pesar de una década de promesas y de iniciativas de alivio de la deuda, el flagelo de la servidumbre por deudas continúa cobrando numerosas vidas. Por otra parte, las soluciones que se plantean para las crisis alimentaria y climática por las Instituciones Financieras Internacionales, los gobiernos del G8 y otros intereses económicos y corporativos del Norte, incluidos nuevos préstamos y concesiones comerciales y de inversiones adicionales, en esencia son simplemente más de las mismas viejas políticas que han contribuido en gran medida a la creación de estos desastres.

Ante esta realidad, pueblos de todo el mundo se están movilizando para garantizar soluciones reales de soberanía alimentaria y financiera y de justicia económica y climática. Anular o detener los pagos injustos por cargas inaceptables de deuda - en particular las deudas ilegítimas - y poner fin a la continuación del papel de las Instituciones Financieras Internacionales como el FMI, Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, entidades que han contribuido para crear y mantener la crisis alimentaria y climática, son medidas urgentes y necesarias para tales soluciones, junto con mantener la agricultura campesina, conservar los bosques y mares, o proponer dejar los hidrocraburos en el subsuelo. En este contexto, la restitución y reparación de las deudas sociales, ecológicas e históricas que esos mismos intereses del Norte han acumulado con los pueblos y países del Sur como consecuencia de sus políticas proporcionarían una base sólida para la construcción de alternativas.

Únanse a nosotr@s en todo el mundo durante la Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs, del 12 al 19 de octubre de 2008, a fin de avanzar en estas demandas. Junt@s podemos alcanzar la libertad de la dominación de la deuda, construir la soberanía alimentaria, y garantizar la justicia climática.

Plataforma

Como organizaciones populares y movimientos (trabajador@s, agricultor@s, mujeres, jóvenes y pueblos originarios), organizaciones religiosas, ecologistas, movimientos sociales y políticos, y l@s ciudadan@s interesad@s, nos comprometemos a movilizar junt@s durante la Semana de Acción Global contra la Deuda y las IFIs y a lo largo de los próximos meses. Por medio de la sensibilización y la educación, la promoción de políticas y la acción directa, desafiaremos a los gobiernos de los países del G8, las Instituciones Financieras Internacionales, los intereses de las empresas transnacionales y a nuestros gobiernos en todas partes, ya sea del Norte o del Sur, a reconocer sus responsabilidades por el problema persistente de la dominación de la deuda y su papel fundamental en las crisis alimentaria y climática. Reclamaremos que se tomen medidas decisivas para:

1. Anular o detener los pagos de toda deuda ilegítima.

2. Terminar con la utilización de los préstamos y alivios de deuda para imponer condicionalidades.

3. Dejar de financiar proyectos y políticas que contribuyan al hambre y el cambio climático.

4. Realizar auditorías integrales y participativas de deuda para ayudar a establecer quiénes le deben a quién.

5. Restituir y hacer reparaciones para las deudas ecológicas e históricas contraídas con el Sur, incluida la devolución de activos robados guardados en los bancos del G8 y otros países del Norte.

6. Respetar el derecho y cumplir con la obligación de todos los países y pueblos para revertir las políticas nocivas que han dado lugar a la deuda y a las crisis alimentaria y climática, tales como los Programas de Ajuste Estructural, injustos tratados comerciales, Acuerdos de Asociación Económica, Tratados de Protección de Inversiones e Iniciativas de Integración de Infraestructura.

7. Respetar los derechos de los migrantes y otras personas víctimas que son desplazadas, consecuencia de la deuda y las crisis alimentaria y climática.

Calendario

Como parte de la Semana de Acción Global contra la Deuda y las Instituciones Financieras Internacionales, los movimientos y organizaciones de todo el mundo están invitados a realizar acciones que reflejan su propio carácter, enfoques y posibilidades. Se les invita también a intercambiar información acerca de sus planes a fin de que juntos podamos construir una semana verdaderamente global.

La Semana incluye muchas fechas especiales:

12 de Octubre - Día Continental de la resistencia al colonialismo y el neoliberalismo neocolonial (Américas)

13 de Octubre - Día de Acción contra la Deuda, las Instituciones Financieras Internacionales y el Cambio Climático

14 de Octubre - Día de Acción contra las IFIs, la Deuda y las Privatizaciones

15 de Octubre - Día de Acción por el Repudio de la Deuda (aniversario de la muerte de Thomas Sankara, ex-presidente de Burkina Faso que pidió el repudio de la deuda justo antes de su asesinato)

16 de Octubre - Día de Acción para la Soberanía Alimentaria

17 de Octubre - Día de Acción contra la Pobreza

Firmas iniciales: Globales y regionales: Jubileo Sur – Red internacional de CADTM - ALIANZA DE PUEBLOS DEL SUR ACREEDORES DE LA DEUDA ECOLÓGICA – Oilwatch Suramérica – Jubileo Sur/Américas – Movimiento sobre Deuda y Desarrollo de Asia y el Pacífico/Jubileo Sur Asia y Pacífico – Alianza Social Continental -

Nacionales y locales: Observatorio de la Deuda en la Globalización – ODG (Cataluña, Estado español) - Coalición sobre Deuda y Desarrollo (Irlanda) – Jubilee USA Network – Acción Ecológica (Ecuador) – Diálogo 2000 (Argentina) – Rede Jubileu Sul Brasil – Rede Brasil sobre Instituciones Financieras Multilaterales - Ecologistas en Acción (Estado español)…

Enviar adhesiones de organizaciones a: jubileo@wamani.apc.org


sábado, 4 de octubre de 2008

¿Es el decrecimiento una utopía realizable?

I
En los cursos que vengo impartiendo en la universidad sobre controversias ético-políticas en el mundo contemporáneo he tenido la oportunidad de comprobar que los dos temas que más entusiasmo polémico suscitan entre los estudiantes de humanidades y ciencias sociales, en estos últimos años, son el papel de los medios de comunicación en las democracias representativas y la idea de decrecimiento. Si lo primero es fácilmente explicable al tratarse de un tema que está en la calle, el entusiasmo por la controversia acerca del decrecimiento es en cierto modo una sorpresa, ya que el término decrecimiento es relativamente reciente y la literatura existente en nuestro país al respecto es todavía bastante limitada. Pero, por lo que he podido ver y escuchar, la idea de decrecimiento suscita tanta simpatía como escepticismo la posible aplicación práctica de la misma.

La simpatía observada proviene, sin ninguna duda, del aumento de la conciencia medioambiental entre los jóvenes, siempre por comparación con las generaciones inmediatamente anteriores. Y el escepticismo que provoca la puesta en práctica de la idea de decrecimiento viene, en cambio, de la desconfianza, también en aumento, que existe hoy en día respecto de los agentes políticos y sociales que tendrían que materializarla; en muchos casos este escepticismo se expresa a través de una sospecha más profunda, que se suele manifestar de la manera drástica, a saber: que, siendo una buena idea, esta del decrecimiento, choca con lo que algunos llaman naturaleza humana y otros condición humana históricamente configurada por la civilización europea moderna. De ahí brota una afirmación, que he escuchado muchas veces, según la cual el decrecimiento es una utopía en el sentido peyorativo de la palabra, una ilusión irrealizable.

Creo que el contraste existente entre aquel entusiasmo y este escepticismo merece una reflexión.

Aunque la palabra decrecimiento se ha empezado a popularizar hace relativamente poco tiempo, la idea no es del todo nueva. Se la puede considerar como una variante radical de la idea de crecimiento cero o de la propuesta de detención del crecimiento, surgidas ambas al calor de las discusiones sobre la crisis ecológica hace más de treinta años. La idea de frenar o detener lo que se venía llamando crecimiento en las sociedades industriales autodenominadas avanzadas estuvo directamente relacionada con la observación en curso de las nefastas consecuencias que el tipo de crecimiento económico cuantitativo estaba produciendo en el entorno medioambiental. Ya a finales de la década los sesenta algunos ecólogos y científicos sensibles empezaron a divulgar la observación de que las llamadas fuerzas productivas se estaban convirtiendo de hecho en fuerzas destructivas o biocidas, con lo que el modelo de crecimiento imperante en las principales potencias del mundo bipolar de entonces iba a acabar poniendo en peligro la base natural de mantenimiento de la vida misma sobre el planeta Tierra.

A partir de esta observación, y precisamente como forma de hacer frente a la crisis ecológica que se venía venir, brotó en los inicios de la década siguiente la idea de frenar o detener el crecimiento. Es significativo que esa idea pasara ya al título mismo de la versión francesa del primero de los informes al Club de Roma. Se puede expresar así: si hemos de reconocer que hay límites naturales al crecimiento económico que hemos conocido en los últimos siglos, lo razonable, para evitar el riesgo de crisis ecológica, es actuar en consecuencia y frenar, parar o detener ese tipo de crecimiento económico de la misma manera que habría que detener el crecimiento urbanístico desordenado que hace inhabitables nuestras ciudades y contribuye a destruir su medio ambiente natural.

Pero la mayoría de los gobiernos de entonces (y también la mayoría de los medios de comunicación) trataron de quitar hierro al asunto de la crisis ecológica y consideraron "catastrofistas" o "apocalípticas" las, por otra parte, moderadas conclusiones del análisis de los científicos informados y de las primeras organizaciones ecologistas. Gobiernos y medios incluso ironizaron frecuentemente a su costa. Al tratar de las propuestas encaminadas a detener el crecimiento, y no digamos al ocuparse de la noción de crecimiento cero, aquellos gobiernos y los medios de comunicación vinculados a ellos pasaron de la ironía al insulto.

Las hemerotecas de todos los países están plagadas de manifestaciones de dirigentes políticos, parlamentarios y periodistas en este sentido. La consecuencia fue que por entonces apenas se hizo nada para detener el tipo de crecimiento biocida. Y sin embargo, por una de esas paradojas que son habituales en la historia, mientras se estaba ridiculizando a los partidarios de detener aquel tipo de crecimiento desordenado y biocida, los principales indicadores del crecimiento de las economías dominantes en las grandes potencias empezaron a descender, rozando el cero, como consecuencia de la crisis del petróleo. En vez de reflexionar sobre el sentido de la paradoja, los gobiernos desarrollistas y las grandes instituciones internacionales, inspirados en la teoría económica standard y con una orientación predominantemente neo-liberal (aunque no sólo) prefirieron salirse por la tangente. Ya entonces se argumentó en los medios oficiales que la idea de detener el crecimiento era una utopía y se reafirmó con ello la confianza en las mismas tecnologías que estaban en la base del peligro.

Hubo que esperar otra década más para que las instituciones internacionales acabaran reconociendo la gravedad del peligro, aceptaran la crítica a la noción de crecimiento establecida por la teoría económica imperante y empezaran a hablar de desarrollo sostenible. Como se sabe, esta otra idea aparece por primera vez en el documento titulado Nuestro futuro común, que fue elaborado en 1987 por la entonces Primera Ministra de Noruega, Gro Harlem Brundtland. En este documento se definía como sostenible “aquel desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. La definición recogía lo que desde algunos años antes se venía diciendo ya en la Comisión Mundial de la ONU sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo y con ella se aceptaba, indirectamente al menos, parte de las razones aducidas desde veinte años antes por científicos informados y economistas críticos.

De acuerdo con esta filosofía, la sociedad habría de ser capaz de satisfacer sus necesidades en el presente respetando el entorno natural y sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. A partir de ahí se fueron asentando los principios básicos de lo que empezó a denominarse desarrollo sostenible, poniendo el acento, al menos en un principio, en la vertiente ambiental del mismo. En líneas generales estos principios básicos, que concretan la ambigüedad de la definición dada en Nuestro futuro común, y en el resumen que hizo en su momento Jorge Riechmann, son: a) consumir recursos no-renovables por debajo de su tasa de substitución; b) consumir recursos renovables por debajo de su tasa de renovación; c) verter residuos siempre en cantidades y composición asimilables por parte de los sistemas naturales; d) mantener la biodiversidad; y e) garantizar la equidad redistributiva de las plusvalías.

Lo que más llama la atención al analizar el proceso histórico que ha conducido desde la crítica al tipo de crecimiento standard al reconocimiento oficial de la idea de desarrollo sostenible es el lapso de tiempo que se ha necesitado, sobre todo si lo comparamos con la brevedad del lapso de tiempo que ha sido necesario para pasar, por ejemplo, de algunos de los descubrimientos básicos en biología molecular a sus aplicaciones tecnológicas. Ya es sintomático que se tardara mucho menos en deshacer lo que se aprobó en la célebre reunión de Asilomar (liquidando una línea de prudente moratoria en el ámbito de la ingeniería genética) que en aceptar oficialmente las consecuencias de la idea de sostenibilidad. Sintomático porque revela el dominio del optimismo tecno-científico frente a los razonables llamamientos a la prudencia y a la aplicación del principio de precaución.

Pero la cosa es aún peor cuando se observa que, de hecho, la idea misma de desarrollo sostenible ni siquiera es respetada, al cabo de los años, por los principales gobiernos, y que el camino hacia la aplicación de los acuerdos de Kyoto ha estado plagado de obstáculos y zancadillas por parte de los mismos gobiernos que decían defender la idea de desarrollo sostenible.

Es en este contexto en el que ha cobrado fuerza la idea de decrecimiento, que, insisto, con esa perspectiva histórica, se puede interpretar como una radicalización de la noción de crecimiento cero, propuesta en su momento para hacer frente a las primeras manifestaciones de la crisis ecológica. Y se comprende que así haya sido porque treinta años después de las primeras denuncias de la crisis ecológica la situación medioambiental del planeta es manifiestamente peor que la que existía cuando de lo que se hablaba era sobre todo de contaminación de la atmósfera, mares, ríos, lagos y ciudades. La sucesión de catástrofes medioambientales que se han producido desde entonces y el análisis de los efectos previsibles del cambio climático y del calentamiento global han llevado a que, hoy en día, algunas personalidades próximas a las instituciones estén proponiendo medidas de contención parecidas a las que proponían hace muchos años los primeros denunciantes de la crisis. Sólo que, mientras tanto, las personas mejor informadas no han dejado de insistir en que el peligro de crisis ecológica global aumentaba por lo que ya no caben parches calientes.

II

Esto último, o sea, la convicción de que ya no caben parches calientes, es lo que está en el transfondo del paso de la idea de crecimiento cero a la idea de decrecimiento para hacer frente a la crisis medio-ambiental. Para decirlo plásticamente: ya no basta con echar el freno al móvil; hay que poner la marcha atrás para evitar el abismo. Eso es lo que se deduce al menos del desarrollo reciente de la idea de decrecimiento impulsada por autores como Serge Latouche, Vincent Cheynet, François Schneider, Paul Ariés o Mauro Bonaiuti, la mayoría de los cuales suele citar, entre sus fuentes de inspiración, la bioeconomía de Georgescu-Roegen1, quien, entre otras cosas, distinguió hace ya tiempo entre “alta entropía” (o energía no disponible para la humanidad) y “baja entropía” (o energía disponible).

Es cierto que algunos de estos teóricos, como por ejemplo Clémentin y Cheynet, parecen asumir como objetivo del decrecimiento que llaman sostenible una definición de sostenibilidad muy parecida a la que se daba en el Informe Brundtland, de manera que podría pensarse que, al menos en teoría, no hay demasiada diferencia entre las nociones de desarrollo sostenible y decrecimiento. Pero concluir eso sería tergiversar el pensamiento de los autores mencionados, los cuales insisten en que, en la práctica de los gobiernos, las nociones de crecimiento y desarrollo son intercambiables. Para precisar más al respecto estos autores distinguen entre decrecimiento “sostenible” e “insostenible” o caótico. Y aducen que un ejemplo de decrecimiento caótico o insostenible es el que ha tenido lugar en Rusia desde 1990, como consecuencia de la desindustrialización no buscada o deseada. A partir de ese ejemplo, y de su critica, se puede equiparar el decrecimiento “sostenible” a economía sana, entendiendo por tal un tipo de decrecimiento que, en sus palabras, no habría de generar “una crisis social que pusiera en cuestión la democracia y el humanismo". Habrá que volver sobre esto.

Otros teóricos del decrecimiento todavía han matizado más a la hora de distinguir entre “desarrollo sostenible” y “decrecimiento”; y también matizan a la hora de aducir razones a favor de este último. Así, por ejemplo, Serge Latouche, después de llamar la atención acerca de la multiplicidad de acepciones en que ha venido empleándose la expresión “desarrollo sostenible” desde que apareció en el Informe Brundtland, declara a continuación que el desarrollo sostenible es como el infierno, que está empedrado de buenas intenciones. Para Latouche, “desarrollo” se ha convertido “una palabra tóxica” o, como dirían los teóricos de la Escuela de Frankfurt, "deshonrada", porque cuando se engancha el adjetivo sostenible al concepto de desarrollo lo que en realidad se está haciendo es no poner en cuestión el tipo de desarrollo actualmente existente sino simplemente añadir un componente ecológico espureo. Según él, es más que dudoso que eso baste para resolver los problemas a los que hay que hacer frente en la actualidad.

Desde este punto de vista, la reivindicación de la bioeconomía de Georgescu-Roegen vendría a oponerse, precisamente por el carácter radical de la misma, al ecologismo meramente reformista que sigue defendiendo el concepto de “desarrollo”. Se sugiere así que en el mundo actual hay ya ecologismos de distintos tipos y que el decrecimiento es necesario para un ecologismo consecuente, pues no podemos seguir produciendo refrigeradores, coches o aviones a reacción mejores y más grandes sin producir al mismo tiempo también residuos "mejores" y más grandes. Lo que significa, como afirmaba Georgescu-Roegen, que el proceso económico es de naturaleza entrópica.

Y siendo eso así, ¿qué tipo de economía oponer a las economías aún dominantes? Lo que los teóricos del decrecimiento llaman economía sana o decrecimiento sostenible se basaría en el uso de energías renovables (solar, eólica y, en menor grado, biomasa o vegetal e hidráulica) y en una reducción drástica del actual consumo energético, de manera que la energía fósil que actualmente se utiliza quedaría reducida a usos de supervivencia o a usos médicos. Esto implicaría, entre otras cosas, la práctica desaparición del transporte aéreo y de los vehículos con motor de explosión, que serían sustituidos por la marina a vela, la bicicleta, el tren y la tracción animal; el fin de las grandes superficies comerciales, que serían sustituidas por comercios de proximidad y por los mercados; el fin de los productos manufacturados baratos de importación, que serían sustituidos por objetos producidos localmente; el fin de los embalajes actuales, sustituidos por contenedores reutilizables; el fin de la agricultura intensiva, sustituida por la agricultura tradicional de los campesinos; y el paso a una alimentación mayormente vegetariana, que sustituiría a la alimentación cárnica.

En términos generales todo esto representaría, en suma, un cambio radical de modelo económico, o sea, el paso a una economía que, en palabras de los teóricos del decrecimiento, seguiría siendo de mercado, pero controlada tanto por la política como por el consumidor. La economía de mercado controlada o regulada tendría que evitar todo fenómeno de concentración, lo que, a su vez, supondría el fin del sistema de franquicias; potenciaría el fomento de un tipo de artesano y de comerciante que es propietario de su propio instrumento de trabajo y que decide sobre su propia actividad. Se trataría, pues, de una economía de pequeñas entidades y dimensiones, que, además -- y esto es otro punto fuerte de la actual teoría del decrecimiento-- no tendría que generar publicidad. Esto pasa por ser una conditio sine qua non para el descrecimiento sostenible. La producción de equipos que necesita de inversión sería financiada por capitales mixtos, privados y públicos, también controlados desde el ámbito político. Y el modelo alternativo introduciría, además, la prohibición de privatizar los servicios públicos esenciales (acceso al agua, a la energía disponible, a la educación, a la cultura, a los transportes públicos, a la salud y a la seguridad de las personas).

La economía del decrecimiento estaría orientada hacia un comercio justo real para evitar así la servidumbre, las nuevas formas de esclavitud que se dan en el mundo actual y el neocolonialismo. En la mayoría de las aproximaciones recientes a la idea de decrecimiento se postula que éste tendría que organizarse no sólo para preservar el medio ambiente sino también para restaurar aquel mínimo de justicia social sin el cual el planeta está condenado a la explosión, porque supervivencia social y supervivencia biológica están siempre interrelacionadas.

III

He dicho ya en el punto anterior que algunos de los teóricos del decrecimiento se curan en salud descartando un decrecimiento caótico o no deseado como el que produjo en Rusia después de 1990 y que al mismo tiempo postulan un tipo de decrecimiento que no tendría que generar “una crisis social que pusiera en cuestión la democracia y el humanismo". Con ello entramos en el debate sobre las utopías realizables.

Lo primero que habría que decir al respecto es que, en sus formulaciones más inteligentes y elaboradas, la idea de decrecimiento no se presenta como un mero concepto sin conexión con la praxis socio-política, pero tampoco como un programa definido para la construcción de alternativas a las sociedades de crecimiento, como un programa político cerrado, como una receta o como una panacea.. Ni siquiera se presenta como un ideal en sí o como el objetivo único para las sociedades que han de salir de la ideología del crecimiento. El decrecimiento aparece más bien, en esas formulaciones, como un horizonte, como el horizonte aglutinador frente a la imposibilidad material del crecimiento que conocemos y frente a la insostenibilidad de nuestro modelo actual de desarrollo. Lo que dice Mauro Bonaiuti, por ejemplo, es que la idea de decrecimiento puede llegar a convertirse en algo así como un horizonte interpretativo largamente compartido en el ámbito de las alternativas (en plural) al capitalismo global.

Este planteamiento permite concretar un poco más. De la misma manera que la defensa del crecimiento no implica que todo tenga que crecer, así también la admisión de la idea de decrecimiento tampoco implica que todo tenga que decrecer. Lo que se propone que disminuya, en el momento y en la situación actuales, es el consumo de materia y energía, o sea, principalmente lo que se llama producto interior bruto. La idea de decrecimiento apunta, pues, a la producción y reproducción de valor y felicidad en las sociedades humanas reduciendo en ellas de una manera progresiva la utilización de materia y energía. Se descarta que eso sea un objetivo alcanzable por la vía exclusiva de la tecnología, se dan pistas para hacer frente al reto en el ámbito de las tecnologías alternativas y se reafirma la conciencia de las contradicciones que hemos de superar. En última instancia, todo eso implica, obviamente, un cambio radical en la forma de producir, de consumir y de vivir, una nueva forma de organizarnos social y económicamente.

Por ahí enlaza la idea de decrecimiento con las utopías sociales anteriores en la historia de la humanidad, particularmente con aquellas que tomaron sus distancias respecto del crecimiento indefinido de las fuerzas productivas, como sugiere la propuesta de Serge Latouche cuando éste resume expectativas de muchos y vías que ya se están prospectando colectivamente: primar la cooperación y al altruismo sobre la competencia y el egoísmo; revisar nuestra manera de conceptualizar la pobreza y la escasez; adaptar las estructuras económicas a la medida del ser humano, en lugar de hacer entrar con calzador al ser humano en estructuras económicas impuestas; redistribuir el acceso a los recursos naturales y a la riqueza; limitar el consumo a la capacidad de carga de bioesfera; potenciar los bienes duraderos; conservar, reparar y reutilizar los bienes para evitar el consumismo; potenciar la producción a escala local y en un sentido sostenible; primar los cultivos agro-ecológicos, etc.

Los teóricos del decrecimiento no sólo vinculan la bioeconomía inspirada por Geoergescu-Roegen a la crítica de la teoría económica standard sino también al ecologismo social o socio-político. Y en ese sentido no ignoran las dificultades que actualmente existen para la aplicación de las medidas que proponen en el mundo de los ricos, puesto que éstas representarían un giro hacia la frugalidad, la sobriedad, la austeridad y la contención de los consumos. Pero en lugar de poner el acento en aseveraciones abstractas y reiterativas acerca de la naturaleza o la condición humana o de quedarse en la idea de que el ser humano sólo ha aprendido históricamente por choque directo con la realidad, se fijan mayormente en las resistencias reales que opondrán al decrecimiento los sectores actualmente más favorecidos.

De ahí que estén aduciendo a favor de la propuesta por una parte datos y por otra una nueva filosofía. Datos del tipo siguiente, a saber: que ahora mismo el 80% de los humanos vive sin automóvil, sin refrigerador y sin teléfono; que el 94% de los humanos no ha viajado nunca en avión; que la tercera parte de la población norteamericana y una parte creciente de la población de la Unión Europea es obesa y que una dieta mejor y más austera sería mejor solución para resolver ese problema que aumentar el gasto dedicado a investigar sobre el gen de la obesidad, como actualmente se hace. La filosofía alternativa o la sabiduría de la vida que se postula viene a decir que el bien y la felicidad se pueden obtener con un coste económico-ecológico menor y con la contención de las necesidades

Algunos autores partidarios del decrecimiento, como el ya citado Mauro Bonaiuti, economista de la Universidad de Módena, admiten que la denominada economía ligera o el capitalismo on line de hoy, basado en las tecnologías informáticas, a diferencia del industrialismo fondista, está en condiciones de producir renta con menos recursos naturales. A pesar de lo cual, no creen que estas nuevas tecnologías (u otras por venir) sean sustitutivas o vayan a resolver el problema. Bonaiuti matiza, eso sí, la relevancia de la aplicación de las leyes de la termodinámica, y en particular de la ley de entropía, a la economía, al proceso económico. Lo ha hecho en estos términos: “Defender el decrecimiento –en términos de cantidades físicas producidas—corre el peligro de ser interpretado como una eutanasia del sistema productivo, lo que privaría de un consenso necesario a la vía de la economía sostenible”.

Ya con esto se suscita una interesante controversia sobre dónde poner los acentos a la hora de elaborar una política económico-ecológica alternativa: si únicamente en una fuerte reducción del consumo o más bien en una revisión profunda de las preferencias. Frente a otros partidarios del decrecimiento Bonaiuti argumenta que con la actual distribución de las preferencias la reducción drástica del consumo provocaría malestar social, desocupación y, en última instancia, el fracaso de la política económico-ecológica alternativa. Propugna, en consecuencia, desplazar los acentos hacia lo que llama “bienes relacionales” (atenciones, cuidados, conocimientos, participación, nuevos espacio de libertad y de espiritualidad, etc.) y hacia una economía solidaria. Se entiende, pues, que el decrecimiento material tendría que ser un crecimiento relacional, convivencial y espiritual. Lo que en cierto modo daría respuesta a la preocupación acerca del futuro de la democracia y el humanismo en el horizonte del descrecimiento.

Todo esto trae a la memoria aquello que Bloch llamaba utopía concreta para diferenciarla de la utopía abstracta: la utopía realizable como horizonte. El horizonte sería, en este caso, la sostenibilidad ambiental y la justicia social, lo cual no precisa de una respuesta técnica sino más bien política y filosófica: cambios profundos en el tejido cultural de nuestras sociedades. Conviene subrayar aquí la presentación que se está haciendo de la noción de decrecimiento como una necesidad, y no como mero ideal, sobre todo porque, en principio, la palabra misma puede funcionar como un mero negativo del crecimiento. Pues si ha ocurrido en el pasado reciente que el crecimiento cero (o casi cero) y el decrecimiento caótico se produjeron históricamente sobre la base de políticas económicas neo-liberales, sin control estatal o por desorganización completa del estado, habría que llegar a la conclusión de que la peor de las utopías, la más negativa, es precisamente la política económica que se ha estado presentando a sí misma como la más "realista".

De donde se sigue, una vez más, que la utopía posible, el buen lugar potencialmente realizable, el horizonte al que acercarse, se alcanzará, también esta vez, a partir de la crítica de la crítica y cuando ésta se haya consolidado. O dicho con otras palabras: si hay una utopía concreta que se puede prospectar y esa utopía es el descrecimiento, entonces cualquier aproximación a ella (y nos va mucho en el asunto) pasa por conocer los caminos que conducen al infierno (el crecimiento tóxico, que se dice) para evitarlos.

Francisco Fernandez Buey

Papeles de relaciones ecosociales y cambio global/Kaos en la Red

______________

* Publicado en el nº 100 de la revista Papeles de relaciones ecosociales y cambio global, Madrid, 2008.

Contra la censura en Alter-Arte. Murcia 2008. Comunicado de Attac Murcia


Los responsables de este blog queremos manifestar nuestro apoyo a la convocatoria de concentración a favor de la libertad de expresión que tendrá lugar próximamente en la Plaza de Sto Domingo por la censura, y no cabe otra acepción, a la actuación de Leo Bassi que iba a tener lugar dentro del espacio “Alter Arte” en Murcia.

Las palabras que nos vienen a la cabeza son muy claras: inaceptable, intolerable e inadmisible.

No pretendemos ni “atacar” ni “ofender” al Sr. Consejero de Cultura; consideramos que el mismo ha realizado una demostración de lo que es atentar contra el sistema de libertades básico de cualquier sistema democrático que se honre.

Sobran otros comentarios. Sus “no argumentaciones” lo dicen todo.

Que a estas alturas tengamos que defender la libertad de expresión en una cuestión cultural de mayor ó menor relevancia es sencillamente “lamentable”.

Por todo esto, desde este blog animamos a todos aquellas personas que puedan; acudáis a la concentración para expresar vuestra repulsa a esta indignante actitud de censura.

Salud, Cultura y Libertad.

Attac Murcia.


Para más información y descargarte el programa de AlterArte censurado
(¡comprueba lo que te has perdido! ¡lo que nos han quitado!), visita
www.seofrecefestival.org


VEGA MEDIA PRESS

LA MAYORÍA DE LOS ARTISTAS DE ALTER ARTE SUSPENDEN SU PARTICIPACIÓN POR LA CENSURA A LEO BASSI

27/09/2008

(El consejero Cruz, (i), censor mayor del Reino de Murcia)

VMPress.

Una importante representación procedente de diversos campos de las artes suspende su participación en AlterArte 08 (Festival de arte emergente, dependiente de la Consejería de Cultura, Juventud y Deportes de la Región de Murcia). Más de 60 artistas invitados y participantes en AA08 registraron una instancia y entregaron una carta dirigida al Consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, solicitando la readmisión de Bassi en la programación del festival. Es una muestra de cohesión entre artistas de diferentes disciplinas ante fenómenos como el de la censura. Una afirmación por la independencia de la gestión artística, la libertad de creación y la libertad de expresión.

En la carta, artistas procedentes de diversos países, así como una amplia representación de artistas locales, comunicaron la suspensión de su participación en el festival en caso de que Bassi no fuera readmitido en un plazo que finalizaba el 26 de septiembre.

El creador escénico Rodrigo García declara al respecto: “Hemos decidido no acudir al festival al enterarnos que un espectáculo fue censurado por intereses políticos partidistas y luego que los directores que nos habían contratado, presentaran su dimisión. Ellos, como también mi compañía, defendemos la libertad de expresión y decidimos no participar en un festival controlado y manipulado según intereses políticos”

Las anunciadas negativas a participar plantean la posibilidad de suspender el festival, ya que los firmantes constituyen la práctica totalidad de los artistas invitados para actuaciones en vivo, todos los talleres, todas las conferencias, conciertos, encuentros y una parte de las intervenciones urbanas tal y como puede comprobarse en la programación ya anunciada en algunos medios, aunque no pueda consultarse en la web del festival www alter-arte.es porque ha sido bloqueada.

Los artistas firmantes provienen de la performance, el teatro, la danza, la música o las artes plásticas. La declaración ha sido suscrita por otros agentes participantes en el festival procedentes de campos como la gestión cultural, la comunicación y la sociedad del conocimiento.

Entre los artistas que han decidido suspender se encuentran algunos de los máximos renovadores de las artes en España, con gran proyección internacional, así como una nutrida representación local que se encuentra trabajando en este momento en la preparación de acciones de denuncia en la calle.

El colectivo de artistas locales que ha decidido continuar en el festival se encuentra así mismo preparando otras formas de denuncia contra un gesto de censura que motivó la dimisión del equipo de dirección del mismo.

Ximo Flores de Teatro de Los Manantiales (Valencia) ha declarado: “Personalmente no me sorprende la censura, de forma sistemática se ejerce. Ya sabemos qué tipo de artista no va a trabajar en qué tipo de teatro o festival. En los gestores culturales se impone el miedo, la autocensura. Pero ante una situación en la que los gestores son valientes y programan a un artista incómodo, ocurre que se les fuerza a dimitir al no respetar su trabajo y la libertad de expresión, es cuando se evidencia la verdadera perversión del sistema. En mi caso me niego a admitir esta situación.”Los firmantes de la carta entregada, que ha continuado recibiendo adhesiones tras su entrega, son: Rodrigo García y su equipo :Ramón Diago, Luca Camiletti, Alessandra Maoggi (Argentina/Madrid, París, Italia); Juan Domínguez.(Madrid), Teatro de los Manantiales (Valencia); los perfórmers Borys Nieslony (Alemania) y Myriam Laplante (Quebec); Xavier Theros (Barcelona), Santi Barber y Raul Cantizano (Sevilla), Rodolfo Franco (Brasil), AddSensor (Madrid), Escala Netlabel (Madrid), Jorge Ortiz de Pinedo (Madrid), Lola Nieto (Murcia), Patricio Hernández (Murcia), Nilo Gallego (León), el grupo Siempre por Detroit: Pablo Rega, Fernando Oyágüez, Clarise Cardel, Antonia Medina, Evaristo Fuertes (León); Yosem Martínez Belmonte (Murcia), Ángeles Muñoz Díaz (Murcia), Antonio Ruiz Guerrero (Murcia), Domingo Garrido (Murcia), Rafael Ricart y Andrés Moreno (Valencia), Manuel Antonio Domínguez, Sara García Fernández, Olmo Cuña, Julio López Tornel (Sevilla/ Valencia), Verónica Navarro Navarro (Murcia), Posición B (Javier Gutiérrez, Julián Garnés, Carmen Vidal) (Murcia), Pedro Noguera Navarro (Murcia), LaPerturbadaBanda (Murcia), El Abram (Alicante), la Coordinadora La Región de Murcia no se Vende (Murcia), Maria Cerón (Murcia), Adriana Silveira, así como numerosos colectivos que participaban dentro de la actuación prevista por Yosem Martínez: Colectivo AVER (Murcia),Colectivo FUERA DE SÍ (Murcia), Colectivo MOTOFONTAGE (Murcia), Colectivo IMAGINE (Murcia), Colectivo ENFOQUENAVE (Murcia), Colectivo FUSIONARTE (Murcia), Daniel Marco Martínez (Murcia) y Belén Orta (Murcia). Se han sumado a esta acción colectiva, con posteridad a la entrega de la carta: Roi Vaara (Finlandia), Gustavo Ciriaco y Andrea Sonnberguer (Brasil, Alemania), Pablo Bouzada (Sevilla), Juan Luis Palomo, Societat Doctor Alonso (Cataluña), Paco Contreras (Murcia), Elías Ros (Murcia), la productora italiana Laboratorio Nove y la perfórmer Isabel León (Cáceres)