miércoles, 24 de octubre de 2012

DESOBEDIENCIA CIVIL es el camino de la razón.

La Desobediencia Civil es obedecer a las personas a la moral social más alta comprometida con unos valores que son de todos por todos y para todos. La Desobedicencia Civil es la determinación de los espíritus valientes cuando en un país se instaura el delito de Estado y sin vacilaciones se condena el abuso de poder. Vivimos una época de bajezas humanas de cobardías sin precedente y de quebrantos  sociales por parte de los poderes públicos elegidos para evitarnos problemas y no para causarlos. Y cuando una sociedad entera gime y suspira por las cosas detestables que suceden es que los basamentos del derecho y la justicia amenazan con resquebrajarse. Ante esto nadie puede quedarse impasible e indiferente ni inclinarse rastreramente al látigo que nos flagela y nos infunde el miedo. 

No, no podemos ser aduladores de lo que pasa con tal de tener contentos a quienes nos castigan con latigazos que no merecemos. España es en estos momentos una nación flagelada en sus carnes y violada en su decencia. La gente sufre ante la cobardía hipócrita de las alturas y esa hipocresía no deja de extenderse por todas las clases de la sociedad por temor a rebelarse pacíficamente.

El pueblo hablaLa crisis económica y financiera nos ha adentrado en un periodo de fanatismo político de idolatría gubernamental que para sí quisieran los ídolos de las iglesias. Y en medio de tal despropósito surge la protesta sincera la dulce DESOBEDIENCIA CIVIL de un espíritu valiente en forma de mujer y de una pancarta que grita desde su humilde escrito lo que muchos silencian por miedo. Y ahí la tienen a esa mujer recordándole a los autores del embrutecimiento nacional la verdad al Gobierno y al país. Esa imagen es digna del aplauso de todos los españoles.

Esperemos que remueva las suficientes conciencias y sirva para que muchos deformados en su alma por la acción de la política se vuelvan más humanos y conscientes de los errores cometidos. Hoy los partidos políticos se parecen más a una fábrica de quebrantar carácteres y voluntades que a otra cosa. Pues sometidos sus militantes a la disciplina de partido tienen que tragarse su conciencia y obedecer ciegamente cualquier programa aunque con él se hunda a España y a los españoles. 
LA DESOBEDIENCIA CIVIL NOS DIGNIFICA ANTE LAS INJUSTICIAS.
España ha de reaccionar ante su destino. En la hora presente todos los hombres y mujeres españoles debemos sentir nuestra suerte unida como nación y tener solidaridad con las naciones hermanas que sufren el mismo ataque financiero. Tenemos que hacer frente a los choques de esta marea de las naciones septentrionales que con sus políticas económicas avanzan hasta los países del Mediterráneo. Nada puede separarnos de los países bajo el yugo de hierro económico como nosotros. 

Constituimos una enorme mayoría de ciudadanos que coincidimos en lo mismo: Esta crisis no la hemos provocado los pueblos sino los poderes públicos y el sistema financiero. Y por lo mismo al impulso de nuestras preocupaciones comunes tenemos que dar la cara y no volver la espalda a esta causa o podemos dar por contados nuestros días. 

No es posible ni tiene lógica que los intereses de un grupo de matones triunfen. 

Que nadie nos confunda ni nos tome más el pelo. No somos burros ni burras que merezcan un destino tan cruel como el que nos tienen preparado. Esta crisis que debemos verla como un ataque financiero no la hemos provocado nosotros y por lo tanto no podemos correr con toda la responsabilidad.

Yo soy un simple ciudadano español sin otra representación que mi persona y sin intención de causar mal alguno. Pero por una razón de propia dignidad individual y familiar y colectiva no puedo mantenerme en un silencio cobarde. Estoy al lado de todo hombre y mujer de buena voluntad. España no puede vivir oprimida ni el resto de naciones europeas tampoco. Por eso ante la opresión política y financiera ,DESOBEDIENCIA CIVIL.

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